lunes, 10 de noviembre de 2008

LA PROHIBICION DE LAS DROGAS

Ya hemos visto que la antigüedad de las drogas es milenario y por tanto su uso, aún cuando esté en la mayoría de las
sociedades, sólo estaba destinado para los médicos, chamanes, brujos y aquellos que eran personajes importantes dentro de la tribu o la comunidad.
No todos tenían libre acceso, ya que se consideraba una profanación para las fuerzas espirituales que se liberaban con su ingestión y solo se podía hacer en rituales festivos o con el permiso del hechicero de la tribu.
Sin embargo, es hasta
principios del siglo XX donde la política inicia una serie de gestiones, primero en Estados Unidos y luego por implementación e imposición económica de ellos mismos en el resto del mundo, siendo un médico casado con una dama de sociedad llamado H. Wright quien fuera un fogoso colaborador del partido prohibicionista y quien impulsara la prohibición del opio y cocaína que hasta esos momentos eran sumamente importantes dentro de la farmacéutica popular, además de D. Harrison un abogado de querer prohibir "la coca-cola y pepsi-cola, esas bebidas que consumen los negros del sur", años después el señor Wright moría lleno de amargura y de alcoholismo, un narcótico que no quiso prohibir porque le gustaba machismo.
La política de
racismo siempre ha operado a favor del poderoso y la economía que le sustenta y Estados Unidos siempre se ha caracterizado por manipular a su sociedad que en promedio es muy ignorante e intolerante, de tal manera que siempre existe un enemigo latente que le quiere quitar su libertad. Así lo vemos cotidianamente en su literatura, en su cinematografía donde acaso es más patente su deseo de exterminar al otro; primero fueron los indios sioux, pies negros y todos aquellos que fueron masacrados por héroes blancos como Búfalo Bill o el General Coster, luego fueron a partir de la 1ª. Guerra mundial los alemanes y los japoneses, luego más tarde, los terroristas árabes o irakíes, desde luego los comunistas rusos y cubanos y para siempre los espalda-mojadas ó greasers. Los pachucos, es decir los mexicanos que simplemente por tener una cultura distinta y milenaria les provocamos temor y por lo tanto, su intimo deseo es que todo mundo sea como ellos. En la actualidad los enemigos son los narcos.
En los principios de la prohibición y regulación farmacéutica, ya que la mayoría de los médicos recetaban para diferentes
enfermedades derivadas del opio y la cocaína, se buscaba el controleconómico por una parte de la incipiente industria farmacéutica y por la otra, el eterno control moral de aquellas personas que veían en el disfrute del otro un peligro para su seguridad. Es así, como en una época de los Estados Unidos donde fumar tabaco en público era ilegal en 28 estados de esa nación "el cigarrillo es lo más destructivo para el alma, lo más subversivo para las buenas costumbres: la lucha contra el tabaco es una lucha por la civilización", que comienza la lucha de las drogas. Un argumento que era afanosamente repetido era que "las estadísticas mostraban que los negros que ingerían cocaína o fumaban opio tenían una incidencia muy alta en la violación de blancas" además que la actitud de los adictos negros era recurrente de la violencia y por supuesto de la delincuencia. Sin embargo, la mayoría de los adictos en las primeras décadas del Siglo XX en Estados Unidos eran "yatrogénicos" es decir, gente que estaba íntimamente relacionada con la medicina, claro que eran médicos, enfermeros, farmacéuticos y ya que los negros eran considerados no ciudadanos, podemos mencionar que los argumentos vertidos en contra de ellos eran incorrectos.
Sin embargo, la Ley cuya iniciativa era lograr "
la meta del proyecto de Ley es traer todo el tráfico y el abuso de drogas a la luz del día, y crear con ello, una opinión pública contra su empleo" es aprobada el 14 de diciembre de 1914 y solo trataba en principio de "reglamentar el registro y tributación de substancias que seguirán fabricándose y usándose, sin otras limitaciones que las previstas por el estamento médico"..
Era pues una Ley administrativa sin ninguna conotación penal y que al principio tuvo muchos
problemas jurídicos para su aplicación. Es hasta 1919 que junto con la Ley seca, que trata de bebidas embriagantes (y que todos conocemos por Elliot Ness y Al Capone) que el vigor político y moral hacen que la Ley Harrison adquiera preceptos legales de índole judicial y penal.
Sin embargo, el Doctor L. Kolb director del Health Service Federal cuestiona aún la vigencia de la Ley Harrison cuando se le preguntó sobre el nexo entre los "narcóticos" y el crimen, repuso que los principales narcóticos eran el eter, el cloroformo y el
gas de los dentistas, y que si bien en Europa habían causado ciertas conductas desordenadas, en Estados Unidos no tenía noticias de abuso. Intimidado a que respondiese a la audiencia del Congreso sobre la conexión entre el uso del opio y el crimen se limitó a contestar: "Hay más violencia en tres kilos de alcohol que en una tonelada de opio"
Y esta respuesta, me hace recordar el festival de Woostoockd en 1969 a las afueras de Nueva York donde se reúnen más de medio millón de personas en la culminación de la época hippie sin ningún incidente de violencia o criminal que se pueda percibir en la película del mismo estilo. Y acaso no hemos visto o leído que la boda, los quinceaños o la fiesta termina con un saldo de uno o varios muertos, por el excesivo consumo de alcohol que devino en zafarrancho.
Sin embargo, la moral prohibicionista de los años 20 en Estados Unidos utiliza cualquier tipo de
publicidad negativa para lograr sus fines y durante el primer trimestre de 1919 aparece un artículo en el New York Times que pregoniza "cocer en aceite", a los médicos culpables de proveer a adictos" y su autor mantiene que el opio, la morfina y la cocaína son drogas antiamericanas, unas por corresponder a pueblos incivilizados y otras por simbolizar a los alemanes.. También se acusa de adictos a los bolcheviques y anarquistas, a los sindicalistas y a todos aquellos que aumentan sus fobias. Unos meses después , el 17 de enero de 1920 la radio y los periódicos anuncian la entrada en vigor de la Ley seca y el Senador A. Volstead, promotor de la Ley, exclama:
"Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva
nación. El demonio de la bebida hace testamento, se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacíos; los transformaremos en graneros y fábricas, todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno".
Si, se cerraron las puertas del infierno . . . pero todos hemos quedado dentro, se podría decir, verdad?
Y entonces nace una era de
corrupción, delincuencia, mercado negro y muertes como ninguna guerraha tenido. Nacieron entonces, los Al Capone, los Baby Face, los Bugsy Walone, toda la serie de padrinos y nuevos ricos que se mezclan en política. Se cuenta que el padre de la dinastía de los Kennedy, un inmigrante irlandés, se relaciona con traficantes de Whisky y se enriquece con la clase política de los demócratas.
Son los años de la Ley seca donde se prohíbe el uso medicinal del whisky y del coñac y solo se permite el vino para los ritos de la
iglesia católica.
Así mismo como la ley seca crea Al Capone, la ley Harrison indica R.A. Schless.
"Creo que la mayor parte de la adicción a drogas hoy en día se debe directamente a la ley Harrison, que prohíbe la vente de narcóticos sin la receta de un medico [...] los adictos arruinados actúan como agente provocateurs para los traficantes, siendo recompensados con regalos de heroína o suministros a
crédito. La ley de Harrison creo el traficante de drogas, y el traficante crea adictos".
13 años después, en 1933 la enmienda XXI deroga la ley Volstead ya que "una abrumadora
corrupción, la industria, la hipocresía, la creación de grandes delincuentes y la fundación del crimen organizado", es decir la ley seca había terminado pero medio millón de personas permanecen encarceladas, miles de muertos en tiroteos, miles de familias destruidas, 250 000 personas enfermas por las adulteraciones etílicas y nadie, es decir nadie es responsable de lo sucedido.
Y sin embargo en 1937 entra la ley del
impuesto al cáñamo (Producto de la marihuana) que esta en vigencia hasta ahora.
Es decir la guerra de las drogas ha empezado y como en todas las
guerras las que pierden son las mujeres, las madres, las esposas, las novias, las hijas, las reproductoras de una sociedad hipócrita moralista pero económicamente destructiva, la sociedad gabacha, gringa, capitalista por excelencia y guerrera e invasora desde constitución, la primera potencia puanetaria

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